A principios de siglo, Skype hizo lo imposible: permitió llamar sin dinero ni fronteras e hizo que los operadores de telecomunicaciones ajustaran nerviosamente sus tarifas. Pero el 5 de mayo de 2025, Microsoft pulsó finalmente el botón de salida. Skype cierra. La empresa está cambiando a los usuarios a Teams, un monstruo corporativo universal para reuniones, chats y colaboración. Cómo Skype se convirtió en símbolo de un nuevo mundo, cómo sobrevivió a muchas reventas, por qué fue devorado no por competidores sino por transformaciones internas, y qué hizo que finalmente dejara de ser rentable. No se trata del obituario de un programa informático, sino de toda una era de la comunicación.
Una transición rápida
- Del intercambio de archivos P2P a las llamadas mundiales gratuitas (2000-2003)
- A la conquista de las alturas: Crecimiento y expansión iniciales (2003-2005)
- La operación eBay: ¿Un error estratégico? (2005-2009)
- Un nuevo aliento: Un interludio con el capital riesgo (2009-2011)
- La apuesta de 8.500 millones de dólares de Microsoft: integración y transformación (2011-2017)
- Competencia en Messenger y crecimiento del equipo (2017-2024)
- El telón: el cierre de 2025 y el legado duradero de Skype
- El balance: de la disrupción a la historia digital
Del intercambio de archivos P2P a las llamadas mundiales gratuitas (2000-2003)
La historia de Skype comienza cuando el empresario sueco Niklas Zennström y el danés Janus Friis se conocen. A finales de los 90, ambos trabajaban para Tele2, una gran empresa de telecomunicaciones con sede en Suecia. Friis no tenía entonces ningún título, pero tenía conocimientos autodidactas de programación y un enfoque hacker de la vida, así que Sennström le ofreció un trabajo en atención al cliente. Así empezó todo.

Niklas Zennström (izquierda) y Janus Fries (derecha). Ilustración: eu-startups.com
Juntos probaron suerte en varios proyectos online -el proveedor Get2Net, el portal Everyday.com-, pero no era suficiente. Querían algo que cambiara de verdad las reglas del juego. Y lo hicieron: en enero de 2000 lanzaron Kazaa desde su apartamento de Ámsterdam. Era un servicio de intercambio de archivos utilizado por millones de personas para descargar una canción, una película o algo no del todo legal.
Kazaa se basaba en FastTrack, un protocolo que ambos desarrollaron por su cuenta en 2001.
Y se convirtió en un auténtico éxito. Y luego, como suele ocurrir con los éxitos, hubo pleitos, denuncias y corporaciones musicales que presentaron demandas.
Todo acabó en serio: el asunto se vendió a Sharman Networks, y los propios fundadores recibieron un golpe en la cartera: el importe de los acuerdos judiciales alcanzó más de 100 millones de dólares. Pero a cambio, adquirieron un entendimiento: P2P es poder. Y este poder debe usarse sabiamente.
El código mágico de Kazaa, y más tarde de Skype, fue creado por cuatro ingenieros estonios: Ahti Heinla, Priit Kasesalu, Jaan Tallinn y Toivo Annus. Los tres primeros eran amigos de la escuela que llevaban desarrollando juegos en Bluemoon Interactive desde los años ochenta. Ya habían hecho pruebas en Everyday.com, así que era cuestión de tiempo que les invitaran a un proyecto más serio. Annus dirigió la primera oficina en Tallin y participó en partes clave de la arquitectura de la red.

Ahti Heinla, Tiivo Annus y Priit Kasesalu en 2007. Ilustración: Wikipedia
El mismo "momento eureka" ocurrió en el verano de 2002. Después de todas las batallas con Kazaa, el equipo decidió replantearse el P2P.
En lugar de archivos, se trataba de voz. Sin tarifas, sin infraestructura telefónica tradicional. Sólo Internet y llamadas.
La idea es de Fris y Annus, y enseguida se convirtió en una solución de ingeniería y negocio, sin el riesgo de demandar a todas las compañías musicales.
La esencia tecnológica es la VoIP, pero no mediante un esquema clásico basado en servidores, sino a través de su propia red P2P descentralizada basada en FastTrack. El desarrollo se hizo en Delphi, C y C++ - todo es serio, sin scripts ni puertas traseras.
Incluso el nombre respira este espíritu P2P. Inicialmente, planeamos llamarlo Sky Peer-to-Peer, luego lo acortamos a Skyper, pero los dominios que necesitábamos estaban cogidos. Así que simplemente eliminamos una letra del nombre y nació Skype. Los dominios Skype.com y Skype.net se registraron en abril de 2003.
Tras las pruebas alfa de la primavera de 2003, la primera beta pública se lanzó el 29 de agosto. Skype Technologies SA se registró en Luxemburgo, pero el núcleo del desarrollo permaneció en Tallin. En pocas semanas, todo el mundo se dio cuenta de que había nacido algo realmente grande.
La dependencia del equipo estonio también puso de relieve la temprana globalización del talento tecnológico, demostrando que las tecnologías que cambian el mundo pueden originarse lejos de Silicon Valley y marcando el comienzo de lo que se convertiría en el próspero ecosistema tecnológico de Estonia, a menudo conocido como la"mafia de Skype".
Conquistando las alturas: Crecimiento temprano y potenciación (2003-2005)
El lanzamiento de Skype fue un raro caso de "éxito el primer día". El 29 de agosto de 2003, la aplicación se descargó más de 10.000 veces. Unos meses después, la cifra superaba el millón.
La gente captó al instante la principal ventaja: llamadas de voz gratuitas y de alta calidad a través de Internet.
La geografía era mundial, los requisitos mínimos y las facturas de comunicación, de repente, opcionales. Fue un cambio tectónico. Janus Fries llegó a decirlo proféticamente: "Un día la gente dirá 'te llamo por Skype' en vez de 'te llamo por teléfono'".
El equipo empezó rápidamente a añadir nuevas características: mensajería instantánea, transferencia de archivos... y todo esto aún estaba en sus inicios. En octubre de 2004, Skype ya tenía un millón de usuarios simultáneos, y el volumen total de llamadas superaba los 2.000 millones de minutos. En junio de 2005, el número de llamadas entre usuarios de Skype alcanzó los 10 millones, y cuando eBay entró en el juego, ya había unos 50 millones de usuarios.
Los inversores tampoco se quedaron al margen. Incluso antes de su lanzamiento en 2002, el proyecto recibió 250.000 dólares. En agosto de 2003, recibió una segunda oleada de financiación, y en marzo de 2004, una gorda ronda A de 18,8 millones de dólares de Draper Fisher Jurvetson e Index Ventures. Bessemer también se sumó con entre 1 y 2 millones de dólares. El importe total de la primera fase fue de unos 20 millones de dólares, que se destinaron a la expansión mundial.
Por supuesto, teníamos que ganar dinero de alguna manera. En 2004, lanzamos SkypeOut, un servicio que permitía a la gente llamar a números normales por poco dinero. Podías pagar por minuto o suscribirte a un plan (por ejemplo, 2,95 dólares al mes por llamadas ilimitadas a Estados Unidos). Se llamaba "freemium": en parte gratis, en parte de pago. Y funcionó: en los tres primeros años, el modelo aportó 70 millones de usuarios y 35 millones de dólares de ingresos trimestrales.
El equipo se expandió activamente a todas las plataformas. En agosto de 2004 se lanzó una versión para Mac y en febrero de 2005 para Linux. Y entonces llegó la bomba: las videollamadas. Primero, en la versión beta de Skype 2.0 en 2005, y en enero de 2006, oficialmente para Windows. En otoño del mismo año, se lanzó para Mac. La imagen se convirtió instantáneamente en el principal argumento a favor de Skype.
Para los operadores de telecomunicaciones, fue un jarro de agua fría. Skype fue calificado de"pesadilla para los operadores". Su arquitectura descentralizada permitía saltarse la infraestructura, las tarifas y otros rudimentos de la comunicación. En 2008, el servicio controlaba el 8% del mercado de llamadas internacionales, y más tarde alcanzó el 40%. Pero la revolución no se basó sólo en las tarifas, sino también en la tecnología: La arquitectura P2P permitió al servicio escalar con los usuarios sin gastar millones en servidores.
Fue el paquete: peer-to-peer + llamadas gratuitas + extras de pago lo que se convirtió en la fórmula del éxito inicial de Skype.
El acuerdo con eBay: ¿Un error estratégico? (2005-2009)
En septiembre de 2005, apenas dos años después de su lanzamiento, Skype fue adquirida por eBay. El gigante de las subastas en línea pagó 2.600 millones de dólares en efectivo y acciones. Y si además Skype hubiera mostrado los "resultados adecuados", la cantidad total podría haber superado los 4.000 millones de dólares. Sí, así es, cuatro. Por una aplicación de VoIP que entonces tenía muchos usuarios, pero ninguna conexión directa con un negocio rentable.
Meg Whitman, la entonces consejera delegada de eBay, soñaba con combinar eBay, PayPal y Skype en una especie de "supersistema": compradores y vendedores podrían hablar por vídeo, intercambiar mensajes de voz como "WhatsApp en estado puro" y confiar aún más los unos en los otros. Todo pintaba muy bien en las diapositivas. Además, se decía que Google y News Corp. también estaban llamando a la puerta de Skype, así que eBay decidió no perder tiempo y pagar por él como si fuera una rara moneda de dinosaurio.

Meg Whitman, consejera delegada de eBay. Ilustración: NBC News
Por aquel entonces, los analistas se rascaban la cabeza. Decían que se trataba de mundos completamente distintos: una plataforma de venta de televisores usados y un servicio de llamadas por Internet. A diferencia de PayPal, que en realidad agilizaba las transacciones, Skype en eBay era como hacer una videollamada en una tienda de comestibles: algo guay, pero ¿por qué?
Rápidamente se vio que las dudas estaban justificadas.
No había integración, los usuarios seguían enviándose correos electrónicos y Skype seguía siendo una isla aparte en el océano de eBay. Era un caso clásico de la "trampa de la sinergia": cuando compras por expectativas y te llevas un dolor de cabeza.
No obstante, Skype siguió creciendo: 100 millones de usuarios en 2006, 500 millones de descargas en 2007, videollamadas, SMS, Skypecasts, Skype To Go e incluso una versión para empresas. Pero financieramente, las cosas parecían mucho menos halagüeñas. En 2007, eBay admitió oficialmente que había pagado de más. Y amortizó 1.400 millones de dólares, de los cuales 530 millones eran primas que Skype nunca ganó.
Aunque el servicio ingresó 195 millones de dólares en 2006 y 551 millones en 2008, la "sinergia" se quedó en teoría. La dirección cambió con regularidad, y los fundadores Zennström y Fries abandonaron el proyecto en 2008 para dedicarse a un nuevo sueño: la plataforma de vídeo Joost (que, alerta de spoiler: no despegó).
En febrero de 2008, Josh Silverman, el cuarto consejero delegado de Skype en tres años, tomó el timón. Limpió un poco las cosas: eliminó cosas innecesarias, se centró en el vídeo y consiguió alcanzar los mil millones de descargas en otoño de 2008. Pero incluso bajo su mandato, Skype nunca llegó a formar parte del imperio eBay. Solo un vecino en la oficina que habla otro idioma.

Josh Silverman, consejero delegado de Skype en 2008. Ilustración: ibtimes.co.uk
Nuevo aliento: El interludio del capital riesgo (2009-2011)
En marzo de 2008, eBay tuvo un nuevo consejero delegado, John Donahoe, que rápidamente se dio cuenta de lo que los analistas habían estado diciendo todo el tiempo: Skype les estorbaba. En abril de 2009, declaró sin rodeos que la empresa planeaba escindir Skype y prepararla para una OPV en 2010. Sincera y directamente: "Skype es un buen negocio independiente, pero no encaja en nuestro negocio de comercio electrónico y pagos online".
Pero en lugar de salir a bolsa, surgió otro escenario: el capital riesgo. En septiembre de 2009, eBay vendió una participación de control en Skype (inicialmente del 65%, más tarde del 70%) a un consorcio liderado por Silver Lake Partners. En la operación también participaron Andreessen Horowitz (entonces un joven fondo de capital riesgo), Index Ventures y el fondo de pensiones canadiense CPPIB. La valoración total de la empresa es de 2.750 millones de dólares. eBay recibió 1.900 millones en efectivo, otros 125 millones en pasivo y retuvo entre el 30% y el 35% del capital.
En este punto, todo parecía un nuevo comienzo... hasta que un esqueleto salió del armario. Joltid, una empresa propiedad de los fundadores de Skype, Niklas Zennström y Janus Fries, era la propietaria de las patentes de la tecnología P2P central de Skype. Y eBay sólo la alquilaba. Y en cuanto se anunció el acuerdo con los inversores, Joltid presentó una demanda exigiendo la rescisión de la licencia. Es decir, todo Skype corría el riesgo de quedarse sin su núcleo.
Esta "patente mínima" se convirtió en una gran baza para los fundadores.
En noviembre de 2009, las partes llegaron a un acuerdo: Skype compró todos los derechos de la tecnología P2P y, a cambio, Zennström, Fries y sus socios recibieron entre el 14 y el 15% de las acciones de la empresa y volvieron al consejo de administración. El regreso fue sonado y estratégicamente importante.
Ayudó a Skype a iniciar su recuperación. Era un escenario clásico de capital riesgo: tomar un activo en problemas, resolver los nudos legales y estructurales, poner en marcha un nuevo equipo y dar la vuelta a la empresa. En octubre de 2010, Tony Bates, antiguo ejecutivo de Cisco, se convirtió en consejero delegado. Apostó por las plataformas móviles -apenas dos días después del lanzamiento de la versión para iPhone, había más de un millón de descargas- y el vídeo como principal "característica".

Tony Bates, CEO de Skype en 2010. Ilustración: eastbaytimes.com
El número de usuarios creció rápidamente, con 380.000 nuevos usuarios añadidos diariamente a finales de 2009. Los ingresos también crecieron: 740 millones de dólares en 2009, 860 millones en 2010. Había unos 170 millones de usuarios activos o conectados, aunque sólo 8-9 millones de ellos eran de pago.
En agosto de 2010, Skype solicitó oficialmente su salida a bolsa, con la intención de recaudar 100 millones de dólares. En el primer semestre de 2010, los ingresos fueron de 406,2 millones de dólares (+25% interanual), pero el beneficio neto cayó a 13 millones debido a los intereses de la deuda tras la compra.
Pero todo esto no es más que un teaser. La OPV nunca llegó a producirse. Un nuevo comprador apareció en el horizonte. Uno grande. Y muy familiar.
La oferta de 8.500 millones de dólares de Microsoft: Integración y transformación (2011-2017)
En mayo de 2011, Microsoft dio la noticia: la compañía compraba Skype por 8.500 millones de dólares. Sin pujas. Fue la mayor operación de la historia de Microsoft en ese momento y una salida rentable para los inversores de Silver Lake y eBay, que habían estado pensando en una OPV un poco antes. La operación se cerró oficialmente en octubre de 2011 tras la aprobación de los reguladores.

John Donaghy y Steve Ballmer. Ilustración: nbcdfw.com
El entonces consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, lo describió como "la creación del futuro de las comunicaciones en tiempo real". La idea era ambiciosa: Skype debía reforzar el ecosistema de Microsoft, desde Lync empresarial a Outlook, Xbox Live e incluso Windows Phone. El paquete incluía 170 millones de usuarios activos y una marca reconocida en todo el mundo. Y, por supuesto, la oportunidad de mejorar la posición de Microsoft en el segmento de telefonía móvil y VoIP.
También se trataba de "si no somos nosotros, entonces Google o Facebook".
También se rumoreaba que ambos competidores (además de Yahoo! y Cisco) estaban interesados en Skype. Microsoft no podía permitirse que un activo así acabara en el campo enemigo, así que pagó de más, y de más a lo grande. Después de todo, 8.500 millones de dólares son 10 veces los ingresos de Skype en 2010 (860 millones de dólares) y tres veces su valoración durante la venta anterior.
Los analistas empezaron inmediatamente a hacer cuentas: con unas pérdidas operativas de 7 millones de dólares en 2010, parecía un deja vu con la fallida adquisición de aQuantive. Los escépticos decían que era caro e inútil, mientras que los optimistas afirmaban que era estratégicamente correcto. Para que la operación resultara rentable, Skype tenía que crecer rápidamente y generar grandes beneficios.
Microsoft creó una división separada de Skype, dirigida por Tony Bates, y prometió mucho: el soporte para Mac, Linux, Android e iOS no desaparecería. La apertura de la plataforma -al menos de palabra- se mantuvo.
Comenzaron las grandes fusiones. En 2013, Microsoft cerró Windows Live Messenger y trasladó a todos sus usuarios a Skype. En el frente corporativo, Lync se fusionó con Skype y en 2015 se transformó enSkypefor Business. Skype se integró en Outlook, Xbox (especialmente con Kinect), Windows Phone y Windows 8/8.1, convirtiéndose en la aplicación por defecto.
Pero lo más importante ocurrió entre bastidores: Microsoft ha abandonado gradualmente la arquitectura P2P de Skype. El modelo distribuido, que antaño proporcionaba estabilidad y ahorro, empezó a fallar en la era móvil. Los clientes P2P agotaban la batería de los smartphones, la sincronización no funcionaba como debería y añadir nuevas funciones en todos los dispositivos se convirtió en un reto.
Así que en 2012, Microsoft empezó a desplegar sus propios centros de datos con "supernodos" y, en 2013, comenzó a trasladar activamente el backend de Skype a Azure. En 2017, el servicio se había trasladado finalmente a la nube: chat, llamadas, identificación de usuarios... todo funcionaba en la nueva arquitectura de microservicios. Incluso trasladaron 140 terabytes de datos por región a Azure Cosmos DB.
La explicación oficial era mejorar la estabilidad, la velocidad y la escalabilidad. Y también para lanzar cosas nuevas como Skype Translator o una plataforma de bots. Algunos lo han criticado como una forma de centralizar y, por tanto, de reducir la privacidad. Pero en la era del móvil y la nube, era inevitable. El P2P fue bueno al principio, pero para sobrevivir en el nuevo mundo, Skype tuvo que cambiar hasta quedar irreconocible.
En 2016, Christopher Lloyd, conocido por la trilogía Regreso al futuro, se unió a la campaña promocional de Skype.
y Paul McCartney:
Competencia en Messenger y crecimiento del equipo (2017-2024)
Incluso después de migrar a las nubes e integrarse plenamente en el ecosistema de Microsoft, Skype empezó a perder pie a mediados de la década de 2010. El mundo de las comunicaciones estaba cambiando rápidamente. WhatsApp, Facebook Messenger, WeChat -la primera oleada de mensajeros móviles- tomaron el relevo como principal vía de comunicación. Y no sólo texto: voz, vídeo, pegatinas, boomerangs... todo en un mismo paquete. Apple, con su FaceTime, también se instaló tranquilamente en millones de iPhones y no necesitó aplicaciones de terceros.

Un collage de mensajeros. Ilustración: gagadget
En este contexto, han surgido nuevos actores. Zoom -minimalista, rápido y estable- se convirtió en un fenómeno, especialmente durante la pandemia de 2020. Google no estaba dormido: transformó Hangouts en Google Meet.
El mercado empezó a parecerse a una fiesta multitudinaria, y Skype parecía un invitado que olvidó cambiarse de ropa en 2010.
En lugar de evolucionar, daba vueltas en la cama. En 2017, Skype decidió volverse "joven" y añadió funciones al estilo de Snapchat: historias, Highlights y otras bromas visuales. Los usuarios respondieron bruscamente: las valoraciones en la App Store cayeron en picado, las funciones se hicieron más complejas y las cosas básicas se enterraron más. Y todo ello en un contexto de fallos técnicos: congelaciones, sincronización entre dispositivos, llamadas que se cortaban al pronunciar la palabra "hola".
Y el principal competidor, como se vio, ni siquiera era Zoom. Era Microsoft Teams. En 2017, la compañía lanzó Teams, inicialmente como respuesta a Slack. Pero luego la plataforma pasó a la ofensiva y entró en el territorio de Skype. Profunda integración con Microsoft 365, promoción agresiva y rápido crecimiento: en diciembre de 2023, Teams tenía 320 millones de usuarios activos mensuales. Y lo peor para Skype es que en 2021, Teams también se posicionó para uso doméstico. En resumen: "Gracias, Skype, pero ahora tenemos nuestro propio favorito".
Skype perdió su impulso. Al comienzo de la pandemia (marzo de 2020), tenía 40 millones de usuarios activos diarios, y tres años después, tenía 36 millones. Y eso en un momento en que la videocomunicación se ha convertido en la nueva normalidad. Su cuota en el mercado de las videollamadas cayó al 6,6% en 2021. Zoom, por comparación, es actualmente el líder por un enorme margen.
En resumen: Skype, que en su día rompió las reglas del juego, se ha convertido en víctima de las nuevas reglas. No tuvo tiempo de adaptarse al mundo de los smartphones y las nubes. Sus competidores lanzaban llamadas con un solo clic y sin registro, mientras que ella seguía estancada en un complejo modelo antiguo.
Skype estaba atrapado entre los mensajeros móviles, Teams y sus propias soluciones anticuadas.
De ser un símbolo de la revolución digital, se convirtió en una aplicación que sólo abrimos por accidente, haciendo clic en el acceso directo equivocado.
Se abre el telón: el cierre de 2025 y el legado duradero de Skype
Microsoft ha confirmado lo que llevaba tiempo en el aire: Skype abandonará definitivamente el ruedo. El motivo es la unificación de los servicios de comunicación y la apuesta por Microsoft Teams como plataforma de comunicación universal.
Esto es lo que ocurrirá a continuación:
- Migración aTeams: podrás iniciar sesión con las mismas credenciales, la mayoría de chats y contactos se transferirán automáticamente.
- Lo que no se migrará: historial de la cuenta de trabajo/estudiante, conversaciones privadas e historial de Skype Empresarial.
- Exportación de datos: disponible hasta enero de 2026. Después, se eliminará de forma permanente.
- Características de pago: Las compras dentro de la aplicación ya no son compatibles. Los créditos serán válidos hasta el final del plazo, pero no más tarde del 3 de abril de 2025.
- Multiplataforma: la comunicación entre usuarios de Skype y Teams funcionará hasta el 5 de mayo.
Por qué se cerró:
Skype no pudo resistir la competencia de los mensajeros móviles, la deuda técnica de la arquitectura P2P y la competencia interna con Teams. Su tiempo ha pasado.
Pero Skype deja tras de sí un poderoso legado:
- Asequibilidad: generalización de las llamadas internacionales.
- Popularización de la VoIP y el vídeo: allanó el camino para Zoom, Meet, FaceTime.
- La tecnología: P2P a escala mundial, avances en códecs (SILK, Opus).
- "La mafia de Skype": Los financiadores estonios lanzaron una nueva oleada de startups: Wise, Bolt, Veriff, Starship.
- Cultura: Skype se convirtió en sinónimo de videollamadas mucho antes de la pandemia.
Skype no sólo está desapareciendo: está completando un ciclo, cambiando toda una era de comunicación digital.
En resumen: de avance a historia digital
Skype es una historia de ascenso, caída y transformación. Basado en la experiencia P2P de Kazaa, el servicio hizo asequible la comunicación internacional y rompió el modelo de la telefonía tradicional. Pero tras una oleada de éxito, los acuerdos multimillonarios, las guerras corporativas, la reestructuración hacia los servicios en la nube de Microsoft y, finalmente, la competencia con Teams y Zoom condujeron a un final lógico: Skype cerró el 5 de mayo de 2025. Su legado no son sólo las llamadas, sino una revolución cultural y tecnológica: VoIP en la corriente dominante, el nacimiento de la mafia de las startups estonias y una nueva era de comunicación digital global. Skype se fue, pero lo cambió todo.
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