Ahora NASA quiere construir un reactor nuclear en la Luna

A pesar de que ningún pie humano ha pisado la Luna durante casi 53 años, la atención hacia ella se ha reavivado recientemente a velocidad cósmica, por así decirlo. Tan pronto como se informó en abril que China planeaba construir una planta de energía nuclear en la superficie lunar para 2035, los estadounidenses entraron en un frenesí. Y ahora, el administrador interino de NASA, Sean Duffy, ha anunciado que Estados Unidos podrá construir un reactor nuclear en la Luna para 2030.
¿Qué planea NASA?
NASA planea instalar un pequeño reactor nuclear de 100 kW en la Luna para 2030 para proporcionar una poderosa fuente de energía para futuras bases lunares. Este es un paso preparatorio necesario para construir una base lunar donde las personas puedan quedarse durante un tiempo muy largo. El reactor debe proporcionar condiciones de supervivencia durante las extremadamente frías noches lunares cuando no hay luz para los paneles solares.
De hecho, China planea hacer lo mismo. Los temores de que China capture la Luna o construya una base militar allí antes de que Estados Unidos tenga la oportunidad, han motivado a senadores avariciosos a asignar enormes sumas de dinero al nuevo programa espacial.
¿Qué dice el derecho espacial?
Está permitido si no está prohibido. El Tratado del Espacio Exterior de 1967 prohíbe la colocación de armas nucleares o armas de destrucción masiva en la Luna, pero no prohíbe el uso de energía nuclear con fines pacíficos, incluida la construcción de un reactor. El artículo IX del Tratado obliga a los estados a tener en cuenta los intereses de los demás y a consultar si las actividades planificadas pueden interferir con la exploración pacífica del espacio exterior. De hecho, naves espaciales autónomas como los Voyagers ya utilizan pequeños reactores nucleares para alimentar sus sistemas.
El Tratado de la Luna (1979), que introduce el concepto de que la Luna es la herencia común de la humanidad, fue apoyado por muy pocos países, y las principales potencias espaciales, como Estados Unidos, no lo han ratificado. La Convención de Responsabilidad (1972) obliga a un estado a ser responsable por los daños causados por su objeto en el espacio. Así, cualquier incidente que involucre un reactor lunar recae sobre el país que lo lanzó.
Conclusión.
Parece que estamos a punto de entrar en una nueva ronda de la carrera espacial, y continuará con una nueva etapa de desarrollo. Esperamos bases lunares y vuelos tripulados a Marte. La única pena es que la carrera armamentista está nuevamente dando impulso al desarrollo de la ciencia.
Fuente: arstechnica.com